Mi amiga Mistress América ha venido a visitarme a mi casa en Madrid. Por supuesto dos Diosas como nosotras, tenemos muchos esclavos deseosos de servirnos a ambas. En esta ocasión, mientras tomamos un te, y nos ponemos al día, tenemos bajo nuestros pies al chofer de Mistress América. No sabe la suerte que tiene, así que vamos a mostrarle cual será su función. Después de estar todo el día con ellos puestos, nuestros preciosos calcetines de colores están sudados y apestosos. Que mejor sitio que tu boca, eres un cerdo y seguro que los vas a disfrutar. No queremos ni oírte, limítate a olerlos y chuparlos, aliméntate del olor que desprenden. Mientras, nos servirás de alfombra, te abofetearemos y pisotearemos a nuestro placer. Así nos gusta relajarnos a las mujeres como nosotras, con los hombres rendidos a nuestros caprichos.
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