El esclavo que tengo a mi disposición esta tarde, sabe que me encanta patear bolas, y por como me mira creo que esta deseando que use sus pelotas de balón de futbol. No imaginas la satisfacción que experimento al escuchar sus gritos de dolor, sentir el dolor que padece y saber que lo hace por mi. Y ese placer, se va convirtiendo cada vez mas y mas en excitación, al ver que el muy cerdo, tiene la polla dura y levantada. Si eres buen chico te permitiré adorar mi culo, besar y lamer mis botas de hípica, entre patada y patada. Incluso recibirás el honor de tragar mis escupitajos para que alivies tu dolor, le digo riéndome de el mientras se retuerce en el suelo como una sabandija. Sea como sea, hay algo muy claro, al acabar la sesión yo me iré contenta y muy relajada, mientras que tu llegaras a tu casa con un gran dolor de huevos, jajaja.