Estoy educando a mi nuevo esclavo, y a parte de patear sus pelotas anteriormente, quiero usarlo de limpiabotas, y evidentemente de una manera peculiar. No vas a usar tus manos, le digo, solo tu asquerosa lengua va a ser la encargada de sacar brillo a mis botas de hípica. Al muy cerdo, no parece disgustarle la idea, ya que solo decírselo, su polla ha empezado a crecer hasta empalmarse totalmente. Venga imbécil, lamelas! Me encanta esta escena, en la que estoy en mi trono cómodamente sentada mientras tengo a un pelele ansioso, arrodillado y sometido a mi, dispuesto a humillarse todo lo que sea necesario, para que le deje limpiar la suela de mis botas. Vas a tragar todos los escupitajos que me vengan, entendido? Solo eres un patético lamedor de botas! Tienes sed? El muy tonto se piensa que va a beber de mi botella! jajaja, pobre estúpido, como mucho igual saborearas alguna baba, jajaja, le queda mucho por aprender...
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