Estas muy mal acostumbrado, estoy segura. Cuando te apetece, te tocas tu patética polla, hasta que te descargas a ti mismo. Eso se acabo, conmigo no serás tu el que decida como y cuando, seré YO, tu Dueña, la que decidirá en todo momento, lo que haces con tu ridículo pene. Obsérvame, admírame, y obedéceme! Quiero que te masturbes, para mi, piensa que estas adorando mis pies, mis preciosos deditos, los lames, mientras que yo te observo , complacida. Y ahora, para! que te estas excitando demasiado, Mistress Johanna manda sobre ti. Te queda mucho cuerpo mío, por adorar, eres digno? Si eres buen chico, no solamente lo adoraras, sino que quizás , permita que sueltes toda la leche de tus huevecillos...